¿Por qué los perros son considerados ‘glotones’, mientras los gatos ‘racionan’ la comida?
National Geographic explicó la teoría científica que hay detrás de estas percepciones.

En la cultura popular de la sociedad mundial se han instaurado diferentes mitos detrás de los animales domésticos o las mascotas, especialmente en relación con el comportamiento de los perros y los gatos. Uno de los más conocidos tiene que ver con la alimentación, pues la dinámica alimenticia de estos animales es diferente, casi que llegando a extremos.
Lo anterior porque se piensa que un perro es glotón; come todo lo que se le ponga en frente. Mientras que un gato raciona la comida, así tenga varios alimentos a su alcance.
Sin embargo, la ciencia apoya esta creencia y acude a un concepto para explicar por qué los perros comen más que los gatos, independientemente del tamaño: se trata del ADN.
Por esta razón, en W Radio le explicamos cuál es la teoría detrás de este tipo de comportamiento animal.
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¿Por qué los perros son ‘glotones’ y los gatos no?
Pues bien, la reconocida revista especializada en ciencia, historia y animales, National Geographic, explicó en su página web que la razón detrás de esta creencia está soportada por la ciencia, acudiendo al ADN para explicarlo.
Y es que, según dice el artículo publicado por NatGeo, la detección de determinados sabores en ambos animales son los que generan que uno coma menos que el otro.
“Si a usted se le cae accidentalmente una magdalena al suelo, es probable que su perro la devore de un bocado. Su gato, en cambio, puede que frunza el ceño. Los gatos no perciben el sabor dulce”, dicen.
En esa línea, puntualizaron que teniendo en cuenta estas actitudes, varios científicos analizaron el ADN de algunos felinos como los gatos domésticos, los tigres e incluso los guepardos, y encontraron que estos animales “tienen una versión ‘rota’ del gen Tas1r2, que trabaja con otro gen, Tas1r3, para permitir la detección del sabor dulce”.
Por otro lado, subrayaron que “los perros, en cambio, pueden saborear el dulce. Además, tanto los gatos como los perros tienen genes receptores del sabor amargo, aunque los gatos tienen 12 (siete de los cuales son funcionales) y los perros, 15”.
Otro aspecto que pusieron sobre la mesa, y que van en relación con lo anterior, es la capacidad que tienen los animales para, por medio del sabor, conocer qué alimento deben comer y cuál no.
“La capacidad de detectar estos sabores aparece en el ADN de los animales: hay genes específicos responsables de producir distintos tipos de receptores gustativos en las papilas gustativas de los animales”, dijeron.
Ahora, explican que las diferencias ya dichas sobre la percepción del sabor entre perros y gatos también se relaciona con sus dietas.
Enfatizaron que los gatos son “carnívoros obligados” y sus fuentes nutricionales las consiguen, como tal, de la carne. Los perros, por su parte, “se alimentan de forma oportunista y aprovechan cualquier fuente de alimento disponible, ya sea carne, plantas o cereales”, lo que también explicaría por qué los caninos comen de todo, mientras que los felinos son más selectivos y menos glotones.
Por cosas como las anteriores es que a veces algunos perros no tienen lío en comer comida de gato, mientras que un gato difícilmente consuma la comida hecha para perro.
Si desea conocer el artículo de National Geographic, haga clic aquí.
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